«La juventud tutelada y extutelada siempre tiene la exigencia de emanciparse, sea en el contexto que sea»
Laura Terradas Cargol es Coordinadora de Programas de Punt de Referència, asociación que fue fundada en 1997 con el objetivo de acompañar y apoyar a la juventud vulnerable, en concreto la tutelada y extutelada, en el proceso de emancipación. Laura nos cuenta cómo están viviendo las semanas de confinamiento las personas mentoradas de este colectivo.
¿A qué colectivo va dirigido vuestro programa de mentoría?
En Punt de Referència llevamos a cabo tres proyectos de mentoría social: Referents, Atenea y GR 16-18, para acompañar a los y las jóvenes tuteladas y extuteladas en su camino hacia la emancipación. Des de 1997, trabajamos en red con las otras entidades que acompañan a los y las jóvenes para ampliar los recursos personales y oportunidades con las que cuentan para hacer frente a una emancipación temprana. Estos y estas jóvenes se emancipan entre los 18 y 21 años –mientras que la población general en Cataluña lo hace a los 29 años– y en un contexto exigente, donde el punto de partida genera desigualdades significativas para las propias trayectorias. Además, des de hace 5 años, formamos y acompañamos a otras organizaciones que quieren poner en marcha sus proyectos de mentoría social con jóvenes. Desde 2012 somos miembro fundador e impulsor de la Coordinadora de Mentoría Social.
¿Qué beneficios aporta la mentoría a estas personas?
“Contar con alguien es ser importante para alguien”. Reconocimiento, escucha, afecto, apoyo, aprendizaje, diversidad de visiones y oportunidades es lo que aporta la mentoría social. Las relaciones de mentoría social son una oportunidad para construir contextos y recursos de resiliencia para la juventud tutelada y extutelada: más seguridad en una misma, más oportunidades de participación y espacio para desarrollar las habilidades para afrontar los retos de la emancipación. La mentoría social contribuye a fortalecer las capacidades de resiliencia y a abrir nuevas y más oportunidades para que la juventud tutelada y extutelada tenga más opciones de afrontar su emancipación con garantías.
¿Cómo os afecta y cómo os estáis adaptando a la situación del confinamiento/COVID19?
La situación de confinamiento nos ha llevado a adaptar todas las acciones de acompañamiento a jóvenes y voluntariado al espacio virtual o telefónico; así como el trabajo en equipo para desarrollar los proyectos. Des de la primera semana, hicimos propuestas de adaptación con orientaciones sobre cómo continuar la relación, pautas de autocuidado en estos tiempos para equilibrar las relaciones, propuestas de recursos para los encuentros virtuales, espacios de apoyo grupal y acompañamiento a cada pareja para adaptarlo a las necesidades y contexto concreto.
¿Con qué dificultades os estáis encontrando estos días? ¿Y con qué apoyos solidarios inesperados?
Las primera dificultad y barrera con la que nos encontramos fue la brecha digital (tanto en dispositivos como en conexión a Internet) por la que activamos algunas colaboraciones con Donalo.org y la Fundación Mobile World Capital, a quién agradecemos su generosidad. También, en algunos casos, nos encontramos con barreras emocionales respecto a la virtualización de las relaciones, así como barreras de contexto, por el hecho de no disponer de un espacio privado donde poder desarrollar los encuentros virtuales con confidencialidad.
Otras dificultades con las que nos hemos encontrado son en la necesidad de un mayor apoyo al estudio, asesoramiento laboral y jurídico, por lo que hemos contado con el apoyo del voluntariado del taller de estudio y de FEPA (Federación de Entidades con Proyectos y Pisos Asistidos). También ha habido necesidad de apoyo material por la disminución de los ingresos a raíz de los cambios laborales provocados por ERTO o despido. En este caso, hemos establecido una colaboración con la campaña TotsaTaula de la cooperativa Opcions.
Y, por último, a medida que pasan las semanas nos vamos encontrando con que las energías para la construcción de la relación de algunas personas, entre el voluntariado y jóvenes, van disminuyendo debido a la necesidad de cuidarse a ellas mismas o a las personas de su red más cercana. Para apoyar esta situación, hemos elaborado un vídeo motivador en el que les recordamos que estamos cerca si nos necesitan, unas pautas de autocuidado y reforzado el apoyo grupal.
¿Qué consecuencias está teniendo la situación actual para las personas mentoradas del colectivo con el que trabajas?
Más de la mitad de los y las jóvenes que trabajaban han visto afectada negativamente su situación laboral, ya sea por ERTE o paro, y especialmente los y las que trabajaban a tiempo parcial. Esta disminución de posibilidad de trabajo provoca en estos y estas jóvenes una disminución de los ingresos disponibles para su emancipación y, en consecuencia, más fragilidad en las opciones de vivienda disponibles, sumada a la ya precarización de la que partíamos antes de la crisis sanitaria debido a los altos precios de alquiler.
Respecto a la formación, hay una gran incertidumbre sobre qué pasará con las pruebas de acceso y la finalización de los cursos actuales, como por ejemplo la realización de prácticas. Esta incertidumbre provoca desmotivación en los y las jóvenes y angustia para saber cómo podrán continuar sus trayectorias formativas.
Respecto a la salud emocional y física, los y las jóvenes también se ven afectadas por la situación de confinamiento, como el resto de la población. A la vez, hay que tener en cuenta que los espacios donde viven pueden o no ser espacios de seguridad y calma, depende de cada caso; que las situaciones de estrés les pueden afectar más o menos a su salud mental; que el aburrimiento y la apatía pueden emerger en algunos casos con fuerza y truncar una rutina conseguida en los últimos meses; que las emociones de tristeza y angustia frente a la incertidumbre o frente a sus familiares en otros países, en algunos casos, puede ser importante. En este ámbito, cada caso es distinto y a la vez es muy relevante para su bienestar y sus energías a la hora de afrontar el reto que esta situación nos pone delante.
¿Qué consecuencias puede tener a medio-largo plazo?
A medio y largo plazo, probablemente, los y las jóvenes tendrán más dificultades para acceder a ofertas de trabajo y, como consecuencia, a los ingresos suficientes para emanciparse con garantías, que sumarán a la actual dificultad de acceso a la vivienda.
Por otra parte, la parada actual en la participación del sistema educativo puede provocar un alargamiento de las trayectorias formativas en algunos casos y aumentar las desigualdades educativas de partida. Sólo el 32% de la juventud tutelada está en el curso que le corresponde, respecto al 73,5% de la población general (Intress y UpSocial, 2015). Además, la imposibilidad de realizar las prácticas formativas significa perder una oportunidad para su currículum y para demostrar su potencial.
Por último, pero no menos importante, esta situación de confinamiento y crisis sanitaria puede provocar en algunos y algunas jóvenes aislamiento y dificultad para reconectar de nuevo con las personas con las que hasta ahora compartían su día a día y para afrontar los retos que se les presenten. Al igual que todos y todas, es posible que necesiten un tiempo para poder recuperar la energía para afrontar las demandas a las que tienen que dar respuesta, y ese tiempo no será posible por las exigencias hacia la emancipación que ya hemos comentado.
¿Puedes dar algún ejemplo anónimo sobre alguna situación concreta que os hayáis encontrado estos días?
Parejas que compartían un viaje alrededor del mundo a través de sus fotografías; jóvenes que en un inicio no quieren una videollamada pero que al escucharnos por teléfono nos piden que nos conectemos y que lo hagamos más a menudo; un joven que se peina y se viste bien para conocer en la asignación quién será su persona mentora; una joven comparte un vídeo de su ida al trabajo con la mentora con quién no están pudiendo hacer videollamadas por incompatibilidad horaria; el grupo de jóvenes y voluntariado de Atenea se ha auto-organizado para montar un vídeo de Sant Jordi para todas y así animarnos. A pesar de las dificultades, cada día nos encontramos con alguna situación que nos hace recordar que ser una red de apoyo es la clave en estos momentos. Cuando unas no podemos, otras están allí para recordarnos que sí.
¿Por qué es importante que los programas de mentoría sigan activos durante las semanas de confinamiento?
Porque abrir nuevas oportunidades es más importante que nunca para hacer frente a los retos que vienen.
Porque el desarrollo de la resiliencia de la juventud es siempre importante debido al contexto de partida, y ahora aún más, ya que los retos a afrontar serán aún más exigentes.
Porque la juventud tutelada y extutelada siempre tiene la exigencia de emanciparse, sea en el contexto que sea, y necesita, como todos y todas, vínculos y red de apoyo para hacerlo.